La situación cada vez es más difícil para la juventud. De cada diez estudiantes que salen del colegio solo tres acceden a una educación superior; los siete restantes tienen que buscar trabajo para poder solventarse. Familias que se quedan sin empleo o que fallecen a causa de la pandemia. Estudiantes que dejan la Universidad debido a la falta de recursos, internet y comida.
Durante el 2020 el 70% de la juventud trabajadora perdió su empleo. La revista American Economic revela que este año más de 1.5 millones de jóvenes entre 15 y 29 años no estudiarán ni trabajarán.
Ingreso libre a las universidades
Una de las propuestas frente a esta situación es el Ingreso Libre a las Universidades, planteada por Castillo el 28 de julio. ¿Se hará realidad?
Pues no. En los últimos 20 años la educación pública universitaria se ha ido privatizando, el 90% de los recursos sale de lo directamente recaudado (RDR), es decir, de la existencia de una PRE, del pago de los trámites, de los diversos programas académicos. Esto hace que solo puedan costearlo los que tienen dinero y los que no se quedan fuera. La educación tiene muy poco de gratuito.
Si ya mantenerse es complicado ingresar lo es aún más. De los 373 mil postulantes anuales solo ingresan 60 mil; es decir más de la mitad queda fuera y trata de postular dos, tres hasta cuatro veces.
Según Comex-Perú, la propuesta de Ingreso Libre necesita 493,3 millones anuales adicionales al presupuesto actual, esto quiere decir el doble de lo que se destina. Para algunos empresarios, rectores, economistas esta propuesta es inviable porque quieren evitarle más gastos al Estado, y por eso proponen ingreso gradual y selectivo.
Los que se oponen a un ingreso libre universal ya han planteado modelos y enfoques en los cuales los estudiantes que estén en el Tercio Superior, que hayan alcanzado las competencias y que sean talentos regionales puedan acceder a esta propuesta gradual. Decir esto, es dejar de lado a los 7 de cada 10 estudiantes que salen de la secundaria y no darles la oportunidad que necesitan.
Mientras se mantenga el mismo plan económico los empresarios de la educación seguirán priorizando sus ganancias anuales y dejando de lado a esta población juvenil.
¿Qué proponemos?
El Ingreso Libre a la Universidad es una medida que permitirá que los hijos de las familias pobres y trabajadoras puedan acceder a la educación superior.
El gobierno y sus aliados no garantizan este derecho. ¿Cómo creerles si incluso la comisión de Educación y Presupuesto están en manos de los sectores que han privatizado la educación?
Por eso es necesario que luchemos por ingreso libre a la universidad y por una educación pública, gratuita y de calidad.