Corriente Estudiantil Obrera (CEO)
Desde que comenzó el anuncio de la emergencia sanitaria, las autoridades de San marcos, así como en muchas otras universidades públicas, no han hecho mas que priorizar, sin ningún escrúpulo, asuntos ajenos a la problemática que aquejan no solo a muchos estudiantes y trabajadores de la universidad, sino también a toda la población en general quienes hoy más que nunca necesitan recibir el aporte que puede dar San Marcos como las demás universidades en torno a la lucha contra la pandemia y sus nefastas consecuencias.
La verdadera prioridad de las autoridades
Desde el gobierno universitario y el decanato de las distintas facultades, no se ha mostrado una verdadera preocupación ni por el combate a la desigualdad en la educación superior ni por el aporte social a través de los recursos logísticos, económicos y humanos que tanta falta hace para encarar esta pandemia, y así mostrar y cumplir el gran rol social que tiene nuestra casa de estudio. Toda esa deficiencia se puede ver en la incesante lucha de los residentes externos por una ayuda en el tema de la alimentación, salud y vivienda, en la lucha de los trabajadores de San Marcos y de otras universidades por sus demandas aplazadas y, en la poca participación de las universidades en los problemas sociales agudizados por la pandemia. Y ni que hablar de la tardía e insuficiente ayuda a los estudiantes con la entrega de los modems y chips para el acceso a internet y por ende a las clases virtuales que ya comenzaron hace un mes aproximadamente, en donde muchos ya tuvieron que reservar o anular su matrícula.
No obstante, donde si ha habido un real interés por parte de las autoridades ha sido en la afectación de los Recursos Directamente Recaudados (Recursos de la privatización, causante de las disputas y corrupción dentro de las universidades) que, sin duda alguna, se ha visto afectada tal como lo expresó hace semanas una autoridad de la misma universidad. Asimismo, otra de las preocupaciones, ha sido el mantenimiento de los mandatos y la ejecución de un Reglamento disciplinario que indudablemente necesitan para consumar la criminalización de la protesta, puesto que la ley universitaria 30220 ya la sanciona. Solo basta ver su artículo 10 en la cual se condena “los actos de violencia física o moral” y “la inviolabilidad” de los locales de la universidad.
Las limitaciones de muchas direcciones gremiales
Lo que está pasando dentro de la universidad no debe ser razón para obviar lo que está sucediendo fuera de esta. Sin embargo, este es un error que cometen muchos dirigentes honestos y luchadores. Tan es así que se puede evidenciar en sus exigencias y pronunciamientos de cara a la comunidad universitaria. Estamos viviendo tiempo de crisis en todos los ámbitos sociales. Nuestras demandas no pueden reducirse solo a la solución de los problemas internos de la universidad. Tienen que volcarse y vincularse también a las demandas externas. O sea exigir, por ejemplo, desde la universidad y desde sus posibilidades, un verdadero plan integral de cara a volcar la máxima ayuda frente a los problemas que está atravesando el país, así como poner al servicio los recursos humanos para atender a los pacientes que tienen el covid-19 y también las demás enfermedades que, en muchas ocasiones, están siendo desatendidas; habilitar y ampliar las instalaciones de la universidad para que sea un centro de atención más; volcar más recursos a la investigación; etc.
Pues, como ya se ha evidenciado, el gobierno de Vizcarra tiene la orientación de volcar la crisis hacia las masas populares, es decir, hacia las familias de miles de estudiantes. Quienes seguramente en el transcurso de toda esta pandemia acumularán una serie de problemas que podría afectarse aún más de lo que ya han sido afectadas hoy en día. Hace falta promover esa discusión y levantar una plataforma más acorde al terrible contexto que estamos viviendo. No será nada fácil resistir los golpes de esta pandemia conforme vayan pasando los días, ni lo será después de esta. De ahí, la necesidad, por parte de las autoridades, de imponer un Reglamento de Procesos Disciplinario en la universidad y, a nivel nacional, de imponer un patrullaje policial constante para reprimir aún más las luchas que surgirán más adelante. Ellos saben muy bien que más adelante no habrá una mejor situación. Vendrán luchas como la de Espinar. Y nosotros tendremos que enfrentarlo con nuestras organizaciones.
Organización desde la virtualidad
Por eso afirmamos que el camino continúa siendo el de la organización para solucionar las demandas más concretas de los estudiantes y también los problemas sociales del país que se han agudizado más. Es en ese sentido que tenemos que promover espacios de articulación (hoy virtuales) desde las bases para hacer sentir que cada estudiante forma parte de cada medida que se impulsa. Un ejemplo de una buena muestra de esto ha sido la acción de compañeros de la base 20 de la Facultad de ciencias sociales, quienes han recopilado información de estudiantes de su base y, a su vez, han organizado un video mostrando la nula ayuda a ese sector del estudiantado. Una gran iniciativa a imitar para todos los dirigentes de base.
Así como estos compañeros, tenemos que utilizar al máximo todas las herramientas tecnológicas para difundir la situación de la educación superior y del país, a fin de concientizar sobre la necesidad de prepararnos para enfrentar los problemas no solo de la universidad sino también del país. Pues, no podemos obviar lo que está pasando fuera de la universidad. Estamos siendo testigo de una de las mayores crisis de la historia de la humanidad y tenemos que actuar como tal. No podemos permitir más abandono a los sectores más vulnerables. Tenemos que promover la organización y la unidad de los trabajadores y estudiantes por un mayor presupuesto para los servicios básicos y por ende mejores condiciones para el estudio, el trabajo y el aislamiento social y así evitar la expansión del covid-19.
¡Por un plan integral al servicio de la sociedad!
¡Por alimentación, salud y vivienda para todos los estudiantes vulnerables!
¡Por una organización desde las bases!
¡Por la unidad de los trabajadores y estudiantes!