¡Exijamos a la Fetrimap y CGTP un Plan de lucha hacia un Paro Nacional, YA!

La FETRIMAP y su dirigente Gilmer Ibañez se han ganado el reconocimiento de numerosas bases sindicales por su lucha en defensa de los derechos laborales en las instancias del Ministerio de Trabajo. Como federación, además, es la única que con regularidad moviliza a sus bases detrás de diferentes reclamos.

Esta actividad, que trajo resultados positivos a algunas bases en sus primeros momentos de organización y lucha, ahora se agota ante el endurecimiento empresarial en todos los terrenos. Por esto vemos que los ceses colectivos se extienden como una mancha negra sobre la clase trabajadora, los pliegos de reclamos no tienen solución aun con huelgas largas, y, de manera general, el empleo formal se reduce más convirtiendo al país en una nación de informales y los salarios pierden más su valor, al mismo tiempo que los derechos laborales sufren deterioro y retroceso.

Las empresas pretextan problemas, pero la realidad de fondo es que desatan su ataque general sobre la clase trabajadora aprovechando la coyuntura reaccionaria iniciada con el gobierno de Dina Boluarte, que en alianza con el Congreso favorece de lleno todas las políticas empresariales. En el mismo Ministerio de Trabajo, por ejemplo, ha sido colocado Daniel Maurate, un personaje ligado a los grandes estudios patronales que declara improcedente las huelgas y da la espalda a los numerosos reclamos sindicales. Algunas veces cuesta entender que los empresarios, cuanto más ganan buscan ganar más.

En esta situación, las luchas sindicales que siempre son duras ahora chocan con una pared y no encuentran solución, y son llevadas al desgaste o a la derrota. Así vemos la lucha de Celima que ya cumple seis meses enfrentando ahora un segundo cese colectivo, y de varios sindicatos en huelga con algunos que ya llevan más de 100 días sin que logren que los empresarios se sienten ni a conversar.

Ante esto la FETRIMAP y la CGTP se han visto obligadas a convocar algunas movilizaciones. Pero ya no son suficientes porque no traen ningún resultado. Y es posible que todo siga igual si no cambia esta orientación de movilizaciones parciales. Ya no se trata de enfrentar inequidades de esta entidad ni abusos empresariales aislados, sino se trata de enfrentar la política del gobierno y de la misma CONFIEP, como hacen otros sectores sociales del país, y que requieren acciones más contundentes.

Por ejemplo, la FETRIMAP y la CGTP reclaman a la autoridad que ante los ceses colectivos “acote” la medida, pero no dice qué significa esto. Y ante la prolongación de las huelgas le piden que aplique la ley interviniendo como árbitro para resolver el conflicto, como hizo el año 2022 ante el sindicato Costeño cuando llegó a los 100 días de huelga. Esto es, ofrecen “humo”, no verdaderas salidas o soluciones para los que luchan.

Ante los ceses colectivos la verdadera salida es la derogatoria de la norma que los facultan, junto a la suspensión perfecta, porque no hay forma de proteger el trabajo ante los abusos empresariales. Ante los reclamos salariales, se trata de demandar un aumento general de acuerdo al costo de vida lo que de manera automática elevará el piso salarial. Y se trata de hacer respetar el derecho irrestricto a huelga, a la negociación colectiva y a la libertad sindical vulneradas por los empresarios usando las mismas prerrogativas que le ofrecen las leyes.

En buena cuenta, se trata de una lucha por la derrota de la política patronal y por la derrota del mismo gobierno que lo protege. Así y solo así se podría abrir un nuevo escenario que favorezca a los reclamos y a las luchas de los trabajadores. Así se lograría que las huelgas sean resueltas y que se ponga fin al cese colectivo en Celima y en otras fábricas.

Y esto solo se pueda hacer uniendo y sacando a la lucha al conjunto de la clase trabajadora.

Esto significa que la CGTP y la FETRIMAP, como centrales representativas, plasmen un plan de lucha unificado y, dentro de ella, promuevan un verdadero Paro Nacional, con una plataforma que una las reivindicaciones obreras y populares. Pero sus dirigentes no lo hacen ni quieren hacerlo porque su eje es conciliar con los empresarios, e incluso con el mismo gobierno.

Por esta razón estas medidas deben ser reclamadas por las bases e impuestas por ellas, sobre todo por las que están en conflicto, que deben empezar a pronunciarse y a coordinar sus acciones poniendo en práctica la lucha unitaria. Hay que hacerlo porque es lo único que puede y debe garantizar que ganen y que se evite más desgastes y derrotas.

Así también estaremos abriendo la vía para volver a la lucha nacional con los sectores populares, contra la criminalidad, por libertad de los que están presos, por juicio y castigo a los responsables de la masacre de la rebelión del 2022-2023, y por fuera el gobierno de Boluarte y de su Congreso corrupto.

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