Escribe Manuel Fernández, dirigente obrero del PST
Desde el 6 de agosto del 2024 los trabajadores de Celima enfrentamos el nefasto Cese Colectivo aplicado por la patronal.
En un primer tramo y luego de tres meses, la Autoridad de Trabajo desestimó el proceso contra 216 trabajadores y ordenó la reposición inmediata y el pago de los salarios devengados. Pero la empresa se mantuvo firme en su abuso: no solo incumplió la resolución e inició una demanda contenciosa contra ella, sino procedió a presentar un segundo cese colectivo, esta vez contra 119 trabajadores. En este nuevo cese incluye a los mismos de la primera lista, restando a los que en el camino renunciaron; es decir, 86% de sindicalizados, la directiva y a todos los luchadores reconocidos.
Este nuevo proceso ya fue admitido y a la fecha se encuentra en trámite. Un trámite burocrático y engorroso diseñado solo para ganar por cansancio a los trabajadores y que puede extenderse hasta más de un año.
El primer resultado fue fruto, en realidad, de la lucha constante que emprendimos como Sindicato desplegando movilizaciones y plantones que nos hizo ganar la simpatía y apoyo solidario de importantes sectores obreros y que obligo a las centrales a interesarse por nuestra lucha.
Ahora esta lucha continúa, superando los 180 días sin salario, sin trabajo y en las calles, y con una sola determinación: derrotar el plan patronal que con el pretexto de un “exceso de personal” busca destruir nuestra organización sindical, que es uno de los referentes combativos de la clase obrera peruana.
Una norma hecha a medida de los intereses patronales
Los ceses colectivos son desde hace años una amenaza permanente contra los trabajadores. Papelera Atlas, Papelera Nacional, Hialpesa, BSH, Cogorno; y estos días San Lorenzo, Celima, Ransa y DP World, en promedio más de un centenar de sindicatos hemos pasado y pasamos por esta medida.
Con esta arma las patronales vienen reduciendo y hasta desapareciendo sindicatos, reemplazando mano de obra con derechos ganados por mano de obra sin derechos ni sindicatos; todo con el objetivo de infligir una derrota al conjunto de la clase obrera. Ante esto nuestra base le ha salido al frente, lo resiste con todas sus energías en el terreno legal y en las calles, y llama a la clase obrera a unirnos para enterrar esta norma abusiva y a defender nuestro derecho al trabajo y por mejoras salariales.
A su vez, en el momento actual una ola de huelgas obreras también enfrenta el mismo plan de ataques patronales que se resiste a resolver los pliegos de reclamos. En las empresas Cartonplas, Holcim-Agregados Calcáreos, Insumex y Forte los obreros llevan en promedio más de 60 días en huelga sin que se atienda la solución a sus pliegos de reclamos.
Unidad obrera para romper el ataque patronal
Todo esto nos muestra que, para ganar, no basta la acción heroica de los sindicatos aislados. Para derrotar el cese colectivo en Celima y alcanzar las soluciones efectivas a los pliegos de los sindicatos en huelga, necesitamos unirnos como clase trabajadora, en especial los que estamos luchando, para organizar acciones centralizadas, preparar un Plan de Lucha y un Paro Nacional.
Esta responsabilidad recae principalmente en nuestras direcciones de la Fetrimap y la CGTP. Pero ellas están enfocadas en gestionar trámites ante la Autoridad de Trabajo antes que cumplir su principal misión que es unificar y organizar la lucha.
No se trata de enfrentar a algunos malos empresarios que incumplen la ley, o acotar tal o cual norma cuanto todas ellas se supeditan al interés patronal. Se trata de que levantemos una salida obrera en defensa de nuestros derechos, esto es luchar por la derogatoria de los ceses colectivos y de la suspensión perfecta, y de hacer cumplir los derechos a la negociación colectiva, el derecho irrestricto a huelga y a las libertades sindicales.
Es hora de ponernos de pie todos para luchar hasta derrotar los ataques patronales.