Partido Socialista de los Trabajadores
Desde las primeras horas de la mañana, el paro de choferes se ha hecho sentir con fuerza en Lima y Callao.
Más de 460 líneas de transporte han paralizado actividades, bajo la demanda de sus choferes, víctimas cotidianas de los asesinatos que perpetran las bandas criminales como represalia contra las empresas extorsionadas.
El hartazgo es justificado, porque tal como pasó durante la pandemia, somos los trabajadores, trabajadoras y el pueblo pobre, los que ponemos los muertos.
Pero el Paro no solo denuncia la violencia criminal y exige un alto a los asesinatos. También denuncia la responsabilidad del gobierno incapaz de Dina Boluarte y el Congreso corrupto y reaccionario, que poco o nada han logrado contener la ola de criminalidad con la declaratoria del “Estado de emergencia”, y por el contrario, han debilitado el sistema de investigación fiscal, y relajado las leyes existentes contra el crimen organizado.
El pueblo trabajador se siente solidario con el paro de los choferes, más allá de las dificultades que la medida de fuerza significa para llegar a los centros de trabajo, pues la clase trabajadora es consciente de la imprescindible labor social y económica de los trabajadores de transporte, y tal como ellos, quiere salir a trabajar sin temor a ser asesinados durante su jornada laboral.
Desde el Partido Socialista de los Trabajadores, nos sumamos a la solidaridad con la medida de fuerza de los choferes de Lima y Callao. Y llamamos al conjunto de la clase trabajadora a sumarse a esta lucha contra el crimen organizado, que por fuerza, es una lucha contra el gobierno de Boluarte, el Congreso y el Poder judicial, intervenidos hasta los huesos por las bandas criminales que tejen sus redes de poder en base a la compra de autoridades.
¿Qué es y por qué crece el crimen organizado?
Como hemos dicho antes, el crimen organizado está formado por verdaderas empresas capitalistas, donde hay “dueños”, “gerentes”, “capitanes” y “soldados”. Y donde para garantizar sus ganancias, imponen su ley sobre porciones del país y la ciudad, por la fuerza de las armas y del dinero, con el que compran autoridades (comisarios, oficiales, jueces, supervisores municipales…) que “miran para otro lado” mientras extorsionan, trafican y matan. Como dicen las propias bandas de extorsionadores, de nada vale denunciar, porque “la policía está con ellos”.
Bandas que encuentran el caldo de cultivo perfecto para su desarrollo en el modelo económico neoliberal, que saquea nuestros recursos, super explota cuando no despide a la clase trabajadora, y arroja a la población a condiciones de miseria (cabe recordar que entre 9 y 10 millones de peruanos y peruanas nos encontramos bajo la línea de la pobreza monetaria y otros 9 a 10 millones, son vulnerables a caer bajo esa misma línea en cualquier momento). Así, el capitalismo neoliberal produce potencial carne de cañón para el crimen organizado. Por eso, el Estado patronal, que sostiene el modelo económico, y la criminalidad resultan inseparables.
Necesitamos un Paro Nacional
Por todo esto, el Paro, respuesta genuina de los trabajadores del transporte, es el único que abre paso a una lucha real contra el crimen organizado. Cabe recordar que fue la movilización del 21 de marzo la que impuso realmente la censura del corrupto ex ministro del interior, Juan José Santibañez.

Sin embargo, en ese marco, las dirigencias de la clase trabajadora, como la CGTP, brillan una vez más por su ausencia. ¡Urge que la CGTP se disponga a unificar las luchas de todo el pueblo trabajador, contra la violencia criminal, pero también contra los ceses colectivos, por un aumento general de salarios y un largo etc.! Y esta unidad solo se puede lograr convocando a un Paro Nacional obrero, popular y de combate, contra Boluarte y el Congreso, por su caída inmediata, ya que hoy son los principales obstáculos para hacer frente a la criminalidad y a los problemas urgentes que se ciernen sobre el país.
Un programa de clase contra la violencia criminal
Sin embargo, desde un punto de vista de clase, debemos ser claros: el Estado patronal no puede terminar con la criminalidad, pues defiende los intereses del capital, que necesita de nuestra miseria para hacer ganancias, propiciando el desempleo, la precariedad y la lumpenización de sectores de la clase obrera y el pueblo.
Somos los trabajadores y trabajadoras del país, junto al pueblo pobre del campo y la ciudad, quienes tenemos la ardua tarea de acabar con el crimen organizado, como parte de nuestra lucha por acabar con el poder del capital, a partir de nuestra acción combativa y autoorganización.
Por eso proponemos:
1. Poner en discusión de nuestras organizaciones (sindicatos, asambleas barriales, frentes de defensa, etc.) la organización de rondas y comités de autodefensa urbanas que, junto a las rondas campesinas, combatan la acción de la criminalidad.
2. Exigir que el Estado proporcione armamento para dichas rondas y comités, y que éstas reemplacen en todas partes a la policía en el resguardo de la seguridad ciudadana y el combate al crimen.
3. Contra la “justicia” patronal y corrupta, conformar tribunales populares, que sumariamente juzguen y sentencien a los criminales, incluídos los criminales del Estado (corruptos, asesinos y extorsionadores), desde un policía hasta un presidente.
4. Y para cortar de raíz el caldo de cultivo de donde la criminalidad arranca a un sector de la juventud pobre para convertirla en sicaria, es imprescindible garantizar trabajo para todos y todas, prohibir los despidos, reponer a todos los despedidos y despedidas, dividir la jornada laboral entre todas las personas con necesidad de trabajar, garantizando salarios iguales al costo de la canasta básica de consumo.
Esta es la ardua tarea que tenemos entre manos, para dejar de morir a manos del crimen, pero también, del hambre y la pobreza, y de la represión que, hasta ahora, solo sirve para mantener al gobierno de Boluarte y al Congreso reaccionario en el poder.
¡FUERA DINA Y EL CONGRESO!
Lima, 10 de abril de 2025