A propósito de los casos Betssy Chávez y Guillermo Bermejo.
Por Federico Romero
El gobierno decidió romper relaciones diplomáticas con México por haberle otorgado asilo político a Betssy Chávez, ex primera ministra que era procesada por participar en el intento de golpe de Pedro Castillo.
El señor José Jerí, que funge de mandatario y es muy locuaz con los grandes medios que le son adictos, salió a anunciar esta medida y dio un plazo perentorio para que la misión diplomática de México se retire del país. Al mismo tiempo, tuiteó en su cuenta de X: “Respeto a nuestra patria”.
Vaya valentía de este personaje de pacotilla que puede abusar del derecho internacional de asilo, pero no puede hacer nada efectivo para combatir la criminalidad que sigue actuando con total impunidad. Y exige “respeto”, cuando este señor ni guarda respeto a las mujeres. Y de qué “patria” hablará, será la de los comechados, sinvergüenzas, corruptos y grandes empresarios que lo rodean y gobiernan el Perú.
El caso de Betssy Chávez es grosero. Se trata de una perseguida política igual que lo es Pedro Castillohoy en la cárcel. Para derecha, se trata de perseguir y castigar a sus opositores incluso violentando los derechos humanos, y peor, por haber intentado cerrar su asqueroso “Congreso” que todo el pueblo pobre y trabajador repudia hasta con el alma.
El asilo político es un derecho humano internacional y es la única salida que tienen los políticos perseguidos por tiranías y gobiernos autoritarios. México, en este sentido, tiene una larga tradición de asilo político, como el que otorgó al líder revolucionario León Trotsky en 1938, cuando era perseguido por el estalinismo los gobiernos capitalistas que le negaban visa por ser un revolucionario cabal, hasta que fue asesinado por un sicario.
México ha rechazado el despropósito del gobierno peruano precisamente alegando esta su tradición democrática otorgando asilo a los perseguidos políticos, y reivindicando su derecho, de acuerdo a su Constitución.
En este terreno, tenemos que decir que la postura del gobierno peruano representa una verdadera vergüenza internacional. Esto no debería sorprender a nadie por tratarse de un gobierno parido por un Congreso corrupto, mafioso y servil de los grandes capitalistas.
Por cosas mayores, como sucede con el genocidio israelí en Gaza y por la que no solo hay ruptura de relaciones de varios países sino una movilización mundial de solidaridad, el gobierno guarda silencio cómplice. Por supuesto, lo hace comportándose como un vulgar cipayo servil del gobierno imperialista de Trump.
El caso Guillermo Bermejo
Lamentablemente, este no es el único caso violatorio de las libertades de un gobierno recién inaugurado. Ya lo sentimos en la marcha del 15 de octubre, brutalmente reprimida y con el asesinato de un balazo del joven artista Eduardo Ruiz, y con el establecimiento del estado de emergencia, útil solo para prohibir y contener las marchas de protesta.
También tenemos el caso del congresista Guillermo Bermejo, que fue condenado a 15 años de prisión acusado de “pertenecer a Sendero Luminoso”, sin mostrar ninguna prueba. Bermejo es un conocido activista de izquierda más ligado al chavismo, pero es un hecho que se pretexta cualquier cosa para encarcelarlo como parte de una política de persecución de los líderes de izquierda.
Por supuesto, nuestra opinión sobre Betssy Chávez, Guillermo Bermejo y la gobernante de México Claudia Sheinbaum, se hace desde la defensa de una posición democrática y de las libertades, pues no tenemos ninguna concordancia política con ellos.
Llamamos a todos los sectores sindicales, populares y democráticos a enfrentar y derrotar estos arrebatos represivos del gobierno y a defender la vigencia plena de las libertades democráticas. Sin libertades, no hay posibilidad de defender nada, ni tampoco hay posibilidades de un proceso electoral transparente.