Creo que no hay duda de que la actual gestión del Planalto fue elegida para cambiar las políticas genocidas aplicadas por Bolsonaro a los pueblos indígenas y depredadoras para el medio ambiente.
Tampoco es novedad que la composición actual del Congreso Nacional es latifundista y apoya el agronegocio, y que muchos apoyaron la anterior administración palaciana y el intento de golpe del 8 de enero.
Lo que se presenta es una coyuntura política completamente desfavorable para la protección del planeta. De la cual la gobernabilidad se suministra para garantizar la gestión de los intereses financieros del sistema económico. No es posible alejarse de esta realidad.
Maniobras favorables al agronegocio
Las maniobras para atender al agronegocio realizadas este miércoles 24 de mayo por el presidente de la Cámara Arthur Lira (PP-Alagoas) son ejemplos de que la ingenuidad o el amateurismo no pueden tener cabida en la coyuntura actual. Y que las calles no deben ser abandonadas por los movimientos sociales.
Lira nunca ha ocultado su apoyo a las políticas y políticos de ultraderecha. Lejos de eso, hizo campaña por Jair Bolsonaro y su equipo genocida. Por lo tanto, imaginar su defensa a los pueblos indígenas y el medio ambiente solo para aquellos que creen que “la tierra es plana”.
Y el agronegocio nunca estuvo tan fuerte. Y no es sólo en la economía. Hoy el agro tiene una banca en la Cámara de Diputados compuesta por 2/3 de los parlamentarios. Ocupa el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, con el pecuarista Carlos Fávaro (PSD-MT). Y está presente en los más diversos sectores de la economía nacional.
Por lo tanto, el discurso de protección de los pueblos indígenas y el medio ambiente es falaz. Este es real dentro de los límites de los intereses de la burguesía agraria brasileña y sus contradicciones, pero nunca fuera de los objetivos monetarios que abastecen el propio sistema.
Por eso la votación de urgencia del PL nº 490 (Marco Temporal). Cambiar la competencia para demarcar territorios indígenas del Poder Ejecutivo al Poder Legislativo (la antigua PEC 215) es fundamental para la expansión de los campos de cultivo. Así, cómo sacar el proceso de demarcación de territorios del Ministerio de los Pueblos Indígenas (MPI) y llevarlo al Ministerio de Justicia y Ciudadanía con Flávio Dino (PSB-MA), apoyador de la primera hora de los terratenientes.
Lo que el gobierno celebra como una victoria en la aprobación de la MP 1.154 en el plenario de la Cámara de Diputados, en realidad fue una derrota para los electores y movimientos sociales que honestamente creían en la ruptura de la vieja política y sus intereses más nefastos.
Así como la victoria de los terratenientes, con la aprobación de la MP 1.150/22, que debilita la protección ambiental del bioma de la Mata Atlántica. Hubo 364 votos a favor y 66 en contra. Es decir, la propia gestión federal votó en contra de la preservación ambiental, además de guardar silencio en relación a la protección de los pueblos indígenas al liberar la banca para apreciación del Régimen de Urgencia del PL nº 490.
No fueron necesarios doscientos días
Defender las libertades democráticas es necesario, pero sin planeta nada sirve. A partir de la composición actual del Congreso Nacional, no hay camino de vuelta para el genocidio de los pueblos indígenas y la llegada al “punto de no retorno” de la preservación ambiental.
Y, dependiendo de la actual administración que abandonó las promesas de campaña, el futuro será de ataques más profundos contra los derechos de los pueblos indígenas y la preservación del medio ambiente.
Que la derrota sufrida en la Cámara de Diputados por indígenas y ambientalistas sea una fuerza motora para impulsar manifestaciones políticas para garantizar los derechos históricos conquistados con sangre de luchadoras y luchadores, para comprender la necesidad de la independencia política y la pertenencia a las bases de representación.
No hay preservación de los pueblos indígenas y el medio ambiente en el capitalismo. Y la ilusión de la paz, como diría Ailton Krenak, es sólo para garantizar que todo siga igual: los blancos siguen explotando, esclavizando y matando a nuestro pueblo. Comienza la “caída del cielo”.
Artículo publicado en www.pstu.org.br
Traducción: Natalia Estrada.