Urge un plan desde la universidad para ayudar en la lucha contra la pandemia y los problemas sociales agudizados

Foto: NinaÑawi – Luis Javier Maguiña

Siguen pasando los días y las autoridades continúan al margen de la crisis social y la problemática estudiantil. Sin importar estos temas, aquellos se convierten en cómplices de la política general del gobierno de turno, la cual es la de volcar la crisis a las masas populares. 

Se profundizan las brechas sociales

Son cada vez más los casos de estudiantes marginados de la educación superior y técnica en el marco de una pandemia que golpea a los más vulnerables. Casos como la imposición de un examen de admisión virtual, con alrededor de 15 mil estudiantes que quedaron fuera, o la deserción de 63 mil universitarios aproximadamente, más que el 2019, muestran claramente la gran desigualdad y discriminación que existe en el ámbito universitario. Siendo una política idéntica a la del gobierno: sálvese quien pueda. En este caso, postule o estudie quien pueda.

Además, San Marcos está formando parte de las decenas de investigaciones sobre casos de corrupción en el país, a raíz del caso de la compra de decenas de lavamanos portátiles sobrevalorados. Pues según el Ministerio Público, solo a 100 días que inició el confinamiento por el covid-19, los presuntos casos de corrupción aumentaron a 700 %.  Lo cual empalma con la falta de transparencia en la gestión del gobierno universitario y por tanto con la ausencia de acciones democráticas en nuestra casa de estudio. Todo bajo el respaldo de la actual ley universitaria 30220.

Un plan estratégico para los problemas sociales

En el marco del estado de emergencia, muchos problemas sociales como la violencia hacia la mujer, los problemas psicológicos en la población, la falta de personal médico en los hospitales, los despidos masivos en las fábricas, la falta de un sistema de transporte adecuado, el inacceso a la educación básica regular por muchos niños, etc. se han desnudado y agudizado sin que haya un verdadero plan de por medio. No obstante, las universidades, una de las principales instituciones del estado, tendrían que jugar su gran rol social de cara a proponer soluciones a estos graves problemas del país.

Mientras la politica de «concientizacion» del gobierno genocida sigue siendo la de colocar multas exorbitantes a infractores, aterrorizar con mensajes que buscan culpabilizar especialmente a la población de la propagación del virus, meter bala en las protestas como en Iquitos, en síntesis una política de terror. La universidad puede por ejemplo organizar un programa de intervencion social para cumplir con la tarea de concientizar a nuestra población, un trabajo de promocion de una cultura de salud, como parte de un gran plan estratégico a fin de enfrentar la problemática nacional. Al mismo tiempo que puede demandar al gobierno central  los recursos para llevar a cabo ese plan y para garantizar las necesidades básicas de la poblacion. Ya que, fuera de los esfuerzos plausibles de algunos docentes y estudiantes, las universidades como intituciones han aportado muy poco.

Aprovechar al máximo los espacios de debate estudiantil

Ante la gran debilidad organizativa en los distintos gremios estudiantiles, las direcciones gremiales tendrían que aprovechar al máximo cualquier asamblea llevado a cabo. No se puede dejar pasar ninguna oportunidad como muchas veces suele suceder, con discusiones secundarias que no ayudan a organizar ni a movilizar. Menos aun cuando hay condiciones adversas como esta pandemia.

Asimismo, la reducción de la lucha y el debate universitario a las demandas sobre la problemática de la universidad sin tener como eje central la problemática social nacional, hace que se genere un obstáculo para la unidad en las luchas con otras organizaciones sociales, en especial con la de los trabajadores. Pues tener una lucha unitaria tanto contra las autoridades universitarias como contra el gobierno de turno, el principal causante de todo este desastre en cuanto al combate de la pandemia y la agudización de la crisis social se refiere, debe ser nuestro horizonte y una de nuestras prioridades.

Organización para la lucha

Es en ese sentido que existe la necesidad de impulsar más asambleas y coordinaciones con delegados estudiantiles de base comprometidos con la lucha contra las desigualdades que están a flote en el país y de discutir seguidamente las distintas demandas estudiantiles y sociales que hay. Hace falta crear asimismo más mecanismos virtuales de participación estudiantil  para buscar puntos de unidad y hacer cada vez más grande esta lucha emprendida por varios estudiantes y trabajadores a nivel nacional. Esos espacios de debates y discusión son fundamentales para tener claridad sobre las distintas demandas y poner como eje los diversos problemas sociales que líneas atrás se han señalado. Eje que es más que una necesidad hoy en día. Debido a la gran crisis histórica que estamos viviendo. Nuestro rol como estudiantes tiene que ser, en unidad con los trabajadores, la de proponer y actuar sobre dicha crisis para ser parte de la solución.

¡Ayuda integral para todos los estudiantes vulnerables!

¡Por la unidad de los trabajadores y estudiantes contra los ataques del gobierno!

¡Por un eje estudiantil que se centre en las problemáticas sociales!

¡Urge un plan institucional para apoyar en la lucha contra la pandemia y para encarar los problemas sociales agudizados por la misma!

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