La izquierda (calla) frente al gobierno

Mientras el gobierno de Vizcarra continúa condenando a la clase trabajadora al hambre y a la enfermedad, la autodenominada “izquierda” ha decidido jugar el rol de “consejera” del gobierno, renunciando a enfrentarlo y a utilizar los medios que tiene para organizar a la clase trabajadora y el pueblo en defensa de su vida y su trabajo.

Por Víctor Montes

Esto no extraña: esa “izquierda” decidió hipotecarse al gobierno desde que creyó descubrir en Vizcarra a su mejor representante.

Pero si esa postura era incorrecta entonces, hoy ha pasado a ser directamente criminal.

El silencio del Frente Amplio

La política del Frente Amplio (FA), por ejemplo, se ha caracterizado por encubrir la responsabilidad de Vizcarra en lo que viene sucediendo, al tiempo que le envía carta tras carta, solicitando que “pare oreja” a alguna de las propuestas que le envía.

¿Por qué afirmamos esto? En todos sus pronunciamientos es simplemente imposible encontrar una denuncia frontal a la responsabilidad de Vizcarra en esta situación.

Algunos ejemplos:

El 13 de abril último la bancada del FA –que dicho sea de paso, es lo único que parece existir en esa organización- se pronunció frente al anuncio de la autorización del uso de la “suspensión perfecta de labores” por parte de las empresas. En el pronunciamiento el FA denuncia “…que el gran empresariado peruano agrupado en la CONFIEP viene aprovechando la emergencia sanitaria para implementar su conocida agenda…”

Nadie duda que esto sea así. Sin embargo el FA muestra más con lo que calla, que con lo que dice: ¡Ni una palabra sobre la responsabilidad de Vizcarra en la aprobación del Decreto de Urgencia 038! Sólo el nombre de la ministra de trabajo, Sylvia Cáceres, aparece en su pronunciamiento. Como si ella actuara sin el aval de Vizcarra.

Otro tanto sucede cuando la bancada del FA se pronuncia sobre la situación del sistema de salud. El 29 de abril denuncian “…el desmantelamiento del servicio de salud  (…) abandonados por décadas por quienes deciden y dirigen el Estado…” y más adelante dicen “…quienes dirigen nuestra patria, nos robaron las esperanzas por décadas…”

Nuevamente, no dudamos que lo dicho hace parte de un análisis veraz de la realidad… ¿Pero qué ha hecho Vizcarra tras un año de gobierno, para revertir esto? Esta pregunta no asoma en el pronunciamiento del FA.

Para el FA ni siquiera el hecho evidente de la falta de equipamiento del personal de salud, mancha a Vizcarra. Para ellos, la responsabilidad exclusiva es del ministro de salud y de la presidenta del seguro social.

Nuevo Perú: “Consejeros” del presidente

Verónika Mendoza y Nuevo Perú (NP) han pretendido un perfil “de izquierda” frente a las medidas del gobierno, planteando, por ejemplo, la necesidad de un bono universal y de la creación de un impuesto del 1% a las grandes riquezas.

En cada una de sus apariciones, la candidata recomienda al presidente “no dejarse presionar” por las grandes empresas, como si Vizcarra no fuera el presidente de las grandes empresas, al tiempo que trata de convencer que sus propuestas son “razonables”, incluso para el gran empresariado.

Nuevo Perú es “tan razonable” que tras haber sido “choteado” por Vizcarra en su propuesta de crear un impuesto de 1% a las grandes riquezas, el pasado 7 de mayo Verónika Mendoza afirmó que “…el propio gobierno ha señalado en varias oportunidades que el Perú tiene ‘las espaldas fiscales’ para contener la crisis y reactivar la economía…”. Y así, de un plumazo, Nuevo Perú renunció a su propuesta de crear un impuesto nuevo.

Agentes del gobierno

¿Por qué la resistencia a denunciar al gobierno con nombre propio? ¿Por qué prefieren “aconsejar” y “proponer” a exigir y denunciar?

Porque para el FA, NP, y otros partidos que se dicen “de izquierda”, el gobierno está “en disputa” entre la CONFIEP y ellos. Más, consideran que Vizcarra hace parte de su “campo”, contra quienes considera sus mayores enemigos: el fujimorismo y el aprismo. Y aspiran a ser parte del gobierno.

Sin embargo hay que hablar claro: esta postura, que solo sirve para confundir a la clase trabajadora y el pueblo pobre, los convierte en agentes del gobierno y su política criminal frente a la epidemia y a la crisis social.

Desarma la posible respuesta obrera y popular, pretendiendo que confíen en el Congreso y en el gobierno, en lugar de en la propia organización y movilización obrera y popular.

Hoy, con mayor urgencia que ayer, no es posible depositar ni un gramo de confianza en esa “izquierda”. Los trabajadores y trabajadoras debemos mirar cara a cara al enemigo, el gobierno de Vizcarra, responsable de la actual emergencia, y debemos barrer de en frente a quienes quieren confundirnos y vestir de amigo al enemigo.

FERNÁNDEZ CHACÓN: MÁS DE LO MISMO

En el marco de la traición general de la izquierda a los intereses obreros y populares, el rol que viene jugando Enrique Fernández Chacón hace parte del mismo juego.

¿Por qué afirmamos esto?

Porque al mismo tiempo que declara sobre la “continuidad de la lucha”, o se autoproclama “diputado de los trabajadores”, todo lo que hace es celebrar la aprobación de  algunos proyectos de ley en el Congreso.

Ningún llamado a confiar solamente en las fuerzas de la organización y lucha obrera. Ni una palabra sobre la necesidad de desconfiar de la institucionalidad de la democracia de los patrones. Ni una palabra, desde su escaño, sobre la urgencia de la revolución socialista como única salida a la crisis que estamos atravesando.

Para alguien que se dice “socialista” y  hasta “revolucionario”, esto es todo lo contrario de lo que enseñaron los maestros y maestras del socialismo, como Lenin, Rosa Luxemburgo o León Trotsky.

Segundo. Cuando a Fernández Chacón, engreído de los medios de comunicación, le tocó pronunciarse ante la suspensión perfecta de labores, ni se acordó de Vizcarra. Propuso citar, en cambio, a la ministra de trabajo a la Comisión de Trabajo del Congreso de la República para que “explique” su política.

Una vez más no queda más que constatar: Fernández Chacón es más de lo mismo.

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